En Buenos Aires, en verano, las temperaturas promedio oscilan en los 30° mientras que la humedad suele ascender a 90%. Exponerse a estas temperaturas sin precauciones puede generar múltiples consecuencias. Conocé como prevenirlas.
El golpe de calor o también llamado shock térmico es un conjunto de signos y síntomas ocasionados por un aumento de temperatura en nuestro cuerpo, provocados por un aumento de temperatura (40 o más) y/o por un exceso de actividad física en temperaturas altas.
Los principales grupos de riesgos son:
- Las personas de más de 65 años y los menores de 5.
- Las personas que padecen de enfermedades crónicas degenerativas como diabetes mellitus, enfermedad cardiovasculares, respiratorias, renales o neurológicas.
- Personas convalecientes en cama.
- Trabajadores expuestos al aire libre o actividades deportivas.
- Personas con sobrepeso u obesidad.
El golpe de calor se puede identificar por determinados síntomas, entre ellos:
- Alteraciones mentales como confusión, agitación, hiperventilación, irritabilidad, cefalea, pudiendo llegar a las convulsiones.
- Alteración en el sudor.
- Orina poco.
- Sequedad de la piel y boca.
- Piel enrojecida.
- Respiración y frecuencia cardiaca acelerada.
Pero, en épocas de temperaturas elevadas, el golpe de calor puede prevenirse tomando los siguientes recaudos:
- Uso de vestimenta liviana preferentemente clara.
- Uso de gorro.
- Usar factor de protección solar arriba de 50.
- Tomar abundante líquido.
- Comer frutas y verduras y en pocas cantidades.
- Mantenerse en lugares frescos y ventilados.
- Uso de anteojos oscuros para sol.
- Evitar el consumo de bebidas azucaradas, café o alcohol.
Importante: No realizar actividades físicas en temperaturas altas y en caso de realizarlas, preferentemente antes de las 10 o después de las 17 hs.
Si consideramos que una persona esta sufriendo un golpe de calor debemos llamar al servicio medico de emergencias.
Además, podemos tomar medidas mientras se espera al servicio médico de emergencias:
- Colocar a la persona en la sombra o en un lugar fresco.
- Quitar el exceso de ropa.
- Enfriar a la persona con cualquier medio disponible.
- Abanicarlos.
- Colocar compresas húmedas y frías en la cabeza y cuello.