El conflicto o la ambigüedad de rol, la despersonalización y la baja realización profesional y emocional repercuten en el inicio del síndrome del Burnout.
El burnout o síndrome de estar quemado en el trabajo cuenta con reconocimiento oficial como enfermedad tras la ratificación de la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), aprobada en 2018 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es uno de los principales problemas de salud mental y los especialistas lo señalan como la antesala de muchas de las patologías psíquicas derivadas de un escaso control emocional y una prevención primaria con lagunas en la detección del síndrome.
Los síntomas del burnout llevan al agotamiento emocional, básicamente, por estrés y frustración laboral. Las personas llegan a mostrarse muy cínicas sobre sus condiciones de trabajo y acerca de sus propios compañeros. También pueden distanciarse social y emocionalmente y acusan un adormecimiento en sus horas laborales. También experimentan estrés crónico, dolores de cabeza, problemas intestinales, etcétera; además, les falta energía para su desempeño profesional, todo se les hace una montaña y su rendimiento va disminuyendo hasta ser notorio.
Los antecedentes del burnout
El trabajo y las características del trabajo se pueden agrupar, por lo general, en cuatro apartados:
- – Estresores del trabajo o relacionados con él.
- – Exigencias relacionadas con los clientes.
- – Apoyo sociolaboral.
- – Autorregulación de las actividades.
Un meta-análisis realizado por Pfenning y Hüsch en 1994 indica el conflicto o la ambigüedad de rol, la despersonalización y la baja realización profesional y emocional repercuten en el inicio del síndrome.
En las exigencias del trabajo no tener suficiente falta de apoyo social, por ejemplo y en especial, por parte de los supervisores, y no tener la opción de participar en la toma de decisiones o no contar con autonomía para el propio desempeño son también posibles antecedentes de la enfermedad.
Mecanismos adaptativos
Si el trabajador tiene posibilidad de trabajar en diferentes situaciones, siempre con una carga adecuada, y tratar con personas distintas, incluidas personas o clientes considerados como ‘difíciles’ puede desarrollar mecanismos adaptativos que ayudan a trabajar en la prevención del burnout.