Fue la primera mujer en incorporarse al cuerpo de bomberos de la Policía Federal. Llegó a obtener el cargo de Sub-Inspectora y fue promovida post-mortem a Inspectora, luego de perder la vida en el incendio de Iron Mountain.
La manzana no cae lejos del árbol: desde que era chica, Anahí soñaba con ser bombera y seguir los pasos de su padre. Como muchas pioneras, tuvo que dejar esa idea en suspenso ya que no se aceptaban mujeres en el escalafón Bomberos de la Policía Federal. Cuando terminó el secundario industrial, donde se recibió de maestra mayor de Obras, se inscribió en la Universidad Tecnológica Nacional para estudiar Ingeniería Civil. Era 2003.
Justo ese año, la fuerza permitió el ingreso y con otras cuatro mujeres se sumó a un curso que compartían con 20 hombres. Tres años después, con 20 años, la destinaron al Cuartel 1° donde no tenía ni habitación ni baño, como ocurre en muchos establecimientos donde se realizan actividades tradicionalmente masculinizadas.
El 5 de febrero de 2014, el depósito de acopio de papeles bancarios de la empresa de archivos Iron Mountain, ubicado en la intersección de las calles Jovellanos y Quinquela Martín en Barracas, se incendió y se derrumbó, donde perdieron la vida 10 rescatistas, incluida Anahí.