*Por Verónica Dominguez – Jefa de Servicios de Prevención en Provincia ART
En todos los ámbitos de la acción humana presenciamos un progresivo cambio desde modelos organizativos más verticales y directivos (conocidos como “comand and control”, por su expresión en inglés) hacia modelos más participativos y horizontales. La gestión de la salud y seguridad no es la excepción.
Tiempos cambiantes
Hasta la década del ’90 era frecuente, en muchas ramas de actividad, gestionar la salud y seguridad bajo un esquema directivo: se dictaban normas (por ejemplo, obligación de usar determinado elemento de protección personal), los mandos medios verificaban el cumplimiento y sancionaban a los trabajadores que incumplían. Este esquema se quedaba corto a la hora de prevenir los accidentes, y además tampoco contribuía a generar una toma de conciencia o un cambio de actitudes.
La capacitación, concientización y sensibilización de los trabajadores fue un paso importante en una nueva dirección. Ya no se trataba solo de dictar reglas y sancionar sus incumplimientos, sino que se procuraba explicar motivos, brindar contexto, transmitir información, mostrar beneficios e impactos. En la base de este cambio estaba la idea de que el trabajador, además de “obedecer normas”, puede adherir voluntaria y sostenidamente a mejores formas de trabajo una vez que las conoce y entiende el beneficio de adoptarlas.
Más recientemente el juego volvió a cambiar: ya no se busca únicamente la adhesión, sino que surge la pregunta por “¿quién dicta las normas?, ¿quién sabe lo que es mejor para el trabajador?, ¿será que los propios trabajadores tienen algo para decir al respecto?”. La participación y el involucramiento son herramientas muy poderosas para lograr el cambio cultural. Ahora bien, es necesario encontrar un equilibrio entre los conocimientos técnicos, la gestión de la organización y la participación de los trabajadores. El comité mixto o comité paritario surge como una alternativa para trabajar en estas situaciones.
El comité mixto
De la mano de la legislación en algunos países y jurisdicciones, o de la propia práctica de las empresas y los sindicatos, el comité mixto de seguridad e higiene es un espacio estructurado de participación, debate y acuerdo para la acción sobre una base técnica sólida.
El órgano se integra con representantes de la parte empresaria, la parte trabajadora y los responsables de seguridad e higiene o salud y seguridad de la organización. La cantidad de miembros puede variar, y debe prestarse atención a que haya un equilibrio entre las partes y una cantidad de miembros que permita el trabajo ágil y fluido. La selección de los integrantes no es menor: en algunos contextos los miembros se designan y en otros se eligen por votación. No solo es conveniente que sean personas con formación en el tema (sea porque son graduados de carreras de HyS o han tomado cursos al respecto) sino también que hayan desarrollado las habilidades clave para comunicarse, negociar y construir acuerdos. El comité debe tener reglas de funcionamiento, como la periodicidad de sus reuniones, alcance de sus funciones, forma de tomar las decisiones, publicidad de sus actuaciones, etc.
¿Cuáles son algunas de las funciones del comité? Analizar las medidas preventivas y procedimientos de seguridad existentes para proponer mejoras; capacitar y asesorar a los trabajadores en dichas propuestas y verificar su cumplimiento (no solo por parte de los trabajadores, sino también por parte del empleador); investigar los incidentes, accidentes y enfermedades; entre otras.
Otras alternativas de participación
De acuerdo con las características y posibilidades de la organización, también pueden incorporarse otras prácticas de participación directa:
- Encuestas o focus group con los trabajadores para conocer sus inquietudes y percepciones sobre los temas de seguridad.
- Talleres para el diseño colaborativo de medidas de prevención o campañas de concientización.
- Creación de roles específicos con responsabilidades preventivas que puedan ser ejercidos por distintos trabajadores en forma rotativa (algunas denominaciones suelen ser la de promotor, aliado o embajador de un determinado tema).
Ya sea mediante un espacio institucionalizado como un comité, mediante prácticas de participación directa, o con consultas en un ambiente más informal la participación de los trabajadores en las cuestiones de salud y seguridad es un camino que puede resultar complejo, pero que al transitarlo enriquece a todos los involucrados.
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