Diversos estudios muestran el impacto de la lectura en nuestra salud. Te contamos acerca de esta “gimnasia para la mente”.
Estudiar los beneficios de la lectura es una de las áreas de trabajo del neurólogo David Ezpeleta Echávarries quien, en colaboración con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, investiga los efectos de la lectura como ‘gimnasia para la mente’. Además de llevar un estilo de vida saludable, mimar nuestras relaciones personales -de familia, pareja, amigos y compañeros de trabajo-, una de las dimensiones del bienestar es la de cuidar la mente y el cerebro.
La salud cerebral se tiene que cuidar para que ese órgano no pierda funcionalidad. Lo hacemos con estudio, música, aprendizaje -de, por ejemplo, nuevos idiomas-, y con la lectura. Todas estas actividades favorecen el buen tono de la plasticidad cerebral, es decir, de la capacidad del sistema nervioso -no solo el cerebro- para adaptarse mediante cambios en su función y su estructura, al paso de los años, a los efectos de la enfermedad y a la información que recibe.
Huella cerebral
Hacer trabajar al cerebro tiene un efecto en la huella cerebral y en las estructuras subcorticales que las conectan. Todo ello crea una buena reserva cognitiva, que nos puede hacer falta en el futuro.
La reserva cognitiva es la mejor baza del cerebro para protegerse del deterioro que suele aparecer con la edad o asociado a patologías neurodegenerativas o, incluso, a la aparición de la demencia. Cuanto mayor reserva cognitiva, más tarde comenzarán los síntomas de la pérdida a ese nivel. Todo ello contribuye a la mejora de nuestra plasticidad cerebral, de nuestra atención y también de nuestra salud.
El impacto de la lectura en nuestra salud cerebral
Leer produce cerebralmente una suerte de ‘efecto mariposa’. Al leer se activan:
- – La corteza visual.
- – Áreas específicas para otorgar valor lingüístico a la información visual.
- – Zonas que otorgan significado a lo leído.
- – Áreas del lenguaje.
- – Áreas relacionadas con la emoción.
- – El lóbulo frontal -que ayuda a ordenar mentalmente personajes, fechas, tramas, etcétera-.
- – Zonas relacionadas con la memoria -de trabajo, biográfica y de futuro-.
Ayuda a reducir el estrés
La lectura es una actividad que, cuando logramos que sea un disfrute y conseguimos extraer su máximo partido -se trata de evitar leer pasando páginas- contribuye a la relajación y, con ello, combatimos el estrés.
También nos hace más empáticos al reconocer, por ejemplo, las emociones de los personajes de una historia, al entender sus motivaciones, etcétera. Si la trama nos atrapa, además, consigue que nuestra atención se despegue de preocupaciones y pensamientos logrando una desconexión mental con un efecto reparador. Gracias a esto se puede indicar la lectura como una herramienta de prevención para la mejora de la concentración cuando estamos en el espacio laboral. Cuanto más practiquemos la atención y la focalización más difícil será que aparezcan las distracciones.
Cada cual tiene que encontrar su rincón de lectura
El sano hábito de la lectura o encontrar el lugar idóneo para dedicarle un poco de tiempo al día depende de cada persona. Hay lectores que se concentran a la perfección en la trama que están siguiendo a pesar de que les rodee un bullicio y otros que necesitan silencio absoluto. Lo importante es encontrar tiempo para leer, ser constante, convertirlo en hábito y, sobre todo, debe ser placentero. Lo importante es sentirse cómodo, tener buena iluminación, no tener grandes distracciones que aparten nuestros ojos y mente de la historia y que leamos cada día.
