*Por Coral Gragnolatti – Analista de RRHH en Provincia ART.
El contexto actual cambió el paradigma de la presencialidad y sumó un nuevo desafío en el rol de los líderes: el entorno remoto como un nuevo recurso para gestionar. Por lo tanto, dentro de este escenario, se torna indispensable reconfigurar las prácticas, resignificar los roles y las diferentes intervenciones que tendrán los líderes con sus equipos.
En principio, la volatilidad y la incertidumbre, propios de la complejidad de los fenómenos actuales, nos invita a repensar el rol de los líderes más centrados en las personas y en la gestión de sus emociones. Se torna clave, entonces, contar con líderes flexibles y abiertos que basen sus conversaciones en la participación colectiva, la co-creación y la posibilidad de brindar independencia para autogestionar (se).
Por otro lado, es importante construir confianza entre el equipo, un proceso desafiante sobre todo si sólo contamos con unos pocos encuentros virtuales a la semana y los destinamos únicamente para conversaciones laborales. Por eso, coordinar encuentros para conversar sobre temas personales o sólo para saber cómo se encuentran y mantener siempre una mente abierta y una buena predisposición a confiar, es un paso inicial crítico.
La utilización de las nuevas tecnologías no es un tema menor ya que no sólo se requiere nuevas competencias digitales sino un nuevo midset digital, es decir, cambiar la lógica de nuestro pensamiento y adaptarla a las nuevas exigencias (virtuales) del entorno.
¿Qué puede entonces poner en práctica rápidamente un líder ante estos entornos virtuales que emergen?
- Generar encuentros virtuales para conversar sobre cómo se encuentra su equipo
- Establecer expectativas claras sobre los objetivos y prioridades de cada persona que lo conforma y cómo afecta al resto si no entrega su parte en tiempo y forma.
- Que todos y todas comprendan aquello que se espera de ellos/as
- Que el equipo cuente con una visión general de la progresión de las tareas de todos/as. Monitorear capacidad y progreso.
- Desde pequeño aprendemos como mímesis, imitación de gestos, movimientos o formas de actuar de otra persona. Por lo tanto, predicar con el ejemplo será siempre una de las mejores formas para alcanzar resultados.
- Conversar sobre qué rutinas saludables (física y mentalmente) están realizando y promoverlas
- Aceptar el error y aprender de él
- Dar feedback constante sobre su desempeño y reconocer logros y desafíos
Las primeras veces seguramente sea incómodo, habrá desajustes y quizás no todo salga como se esperaba. Abrazar esa incomodidad y enamorarse del proceso. ¡Con humor, paciencia y confianza se lograrán los objetivos propuestos!
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