Por Agustina Ballestero, Servicios de Prevención, Provincia ART
A lo largo de la historia, se han asignado ciertas profesiones y oficios a hombres y a mujeres. Los trabajos de transporte o construcción son culturalmente asociados a los hombres mientras que los de cuidado y enseñanza, a las mujeres.
El trabajo combinado de investigadores y activistas nos ha llevado a tomar conciencia de que un género no está más preparado que el otro para cuidar o para dirigir, sino que es una construcción social. Esta división del trabajo por género que era tan natural está basada en sesgos y estereotipos culturales y sociales que se empiezan a replantear en aras de la paridad laboral.
Existen así, trabajos que son feminizados y masculinizados (es decir, realizados mayoritariamente por personas de género femenino o masculino), y esta división impacta y se traslada al tipo de accidentes y enfermedades que se generan en el ámbito laboral afectando de forma distinta a cada uno de los géneros.
Según un informe emitido por la Organización Internacional del Trabajo más del 50% de las mujeres latinoamericanas ocupan puestos de trabajo tales como ventas, servicios sociales y personales, líneas de producción en alimentos y bebidas, trabajo en casas particulares, enseñanza, entre otras. Esto demuestra que las mujeres están más expuestas a contraer ciertas enfermedades profesionales, dadas las condiciones de los puestos que generalmente ocupan. Principalmente, hablamos de trastornos músculo-esqueléticos que se manifiestan en el mediano y largo plazo, y las patologías físicas y psicológicas consecuencia de los riesgos psicosociales (excluidos en la normativa argentina).
Los varones son más propensos a tener accidentes como caídas o golpes, vinculados a las tareas que realizan en la industria, la construcción o el transporte. Los empleadores y empleadoras, sea en grandes o pequeñas organizaciones, deben impulsar la generación de espacios de trabajo diversos, e incorporar la prevención de riesgos laborales con perspectiva de género.
¿Cómo se incorpora la perspectiva de género en la prevención de estos accidentes laborales?
- Analizando las características de los puestos, los riesgos y la siniestralidad distinguiendo cómo afectan a cada género.
- Relevando las condiciones de trabajo y salud laboral de las mujeres, registrarlas y compararlas con las de los varones.
- Organizando las tareas y el tiempo de trabajo con relación a la salud psicosocial; promover la conciliación trabajo-familia para las mujeres y también para los varones.
- Las acciones deben abordarse y comunicarse de manera transversal, promoviendo la participación de trabajadoras y trabajadores, por ejemplo, integrando tanto varones como mujeres en el comité mixto de seguridad e higiene.
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[…] Justo ese año, la fuerza permitió el ingreso y con otras cuatro mujeres se sumó a un curso que compartían con 20 hombres. Tres años después, con 20 años, la destinaron al Cuartel 1° donde no tenía ni habitación ni baño, como ocurre en muchos establecimientos donde se realizan actividades tradicionalmente masculinizadas. […]
[…] Es fundamental preguntarse por las características de los puestos, los riesgos y la siniestralidad …. […]