* Por Gisela Pattarone, Médica en Medicina Laboral de Provincia ART.
El consumo de tabaco en los fumadores habituales -y el humo ajeno en fumadores pasivos– resulta un factor de comportamiento con fuerte impacto en el desarrollo de enfermedades. El tabaquismo no sólo se relaciona con afecciones de las vías respiratorias altas y bajas, sino que también promueve un estilo de vida asociado a enfermedades crónicas no transmisibles.
Nos referimos a enfermedades cardíacas, enfermedad cerebrovascular, diabetes en conjunto con obesidad y síndrome metabólico, enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades renales crónicas y diferentes tipos de cáncer.
La importancia de prevenir el tabaquismo se visualiza mejor cuando la ponemos en contexto: de acuerdo con los datos epidemiológicos del Ministerio de Salud dos grupos de causas relacionadas con el tabaquismo -cardiovasculares y cáncer- son responsables de la mitad de todas las muertes y comorbilidades en Argentina1.
¿Qué provoca el tabaco en el organismo?
El tabaco es una planta, cuyas hojas se fuman o se mastican en algunas culturas. Principalmente contiene el químico nicotina, que es una sustancia adictiva. Secundariamente, el humo del tabaco contiene más de 7000 químicos de los cuales al menos 70 causan cáncer (ácido cianhídrico, aldehído fórmico, plomo, arsénico, amoniaco, benceno, monóxido de carbono, nitrosaminas específicas del tabaco e hidrocarburos aromáticos policíclicos).
En líneas generales el tabaco y su humo son una causa del estrés oxidativo lo cual promueve un estado proinflamatorio crónico porque provoca la destrucción de las células y la aparición de radicales libres dañinos para la salud humana.
Uno de los efectos tóxicos más importante es el cáncer, que se produce por la exposición a una combinación de cancerígenos. Además de haber una relación directa con el cáncer de pulmón, hay evidencias de la mayor incidencia de otros tipos de cáncer como ser laringe, esófago, cavidad oral, vejiga y riñón en los fumadores.
Destacan también en importancia la enfermedad cardiovascular como ser isquemia coronaria, infarto de miocardio, accidente cerebro vascular, arteriosclerosis, y la respiratoria, pudiendo llegar ésta a sus peores consecuencias que es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pasando por bronquitis y asma.
En los fumadores se produce un descenso de los niveles de monoaminooxidasas, que se atribuye a un efecto del propio humo y no a una característica biológica. Esta inhibición de las MAO contribuye a una mayor prevalencia de enfermedades psiquiátricas como depresión, y un mayor riesgo de adicción al alcohol u otras sustancias.
Además, el tabaquismo está en relación con el estado nutricional impidiendo la absorción de vitaminas como el complejo B e interactuando con nutrientes inorgánicos como el Hierro, Zinc y Cobre necesarios para el correcto funcionamiento celular.
Finalmente, el tabaquismo también se relaciona con la Diabetes e Hipertensión Arterial ya que provoca una disminución de la sensibilidad a la insulina, una mayor prevalencia de alteraciones de los lípidos en sangre como colesterol y triglicéridos, y un aumento de la presión arterial junto con cambios en el riñón2.
¿Qué hacer, por dónde comenzar para evitar el tabaco?
La prevención del consumo de tabaco y del humo ajeno se trata de una prevención comunitaria y educativa. Las 6 intervenciones más efectivas para reducir la morbimortalidad son: incremento del precio, prohibición o limitación del consumo en espacios públicos y lugares de trabajo, prohibición de publicidad y promoción, información al consumidor, etiquetas con advertencias sanitarias, y ayuda a los fumadores que quieren dejarlo3.
Las investigaciones indican que los fumadores que reciben una combinación de tratamiento conductual y medicamentos para abandonar el tabaquismo dejan de fumar en mayor proporción que quienes reciben intervención mínima.
Resulta necesario educar a la población general sobre los efectos nocivos y promover ayuda individual a través de las áreas de la salud, las líneas telefónicas de ayuda, los mensajes de texto automatizados y los materiales impresos de autoayuda también pueden facilitar el dejar de fumar4.
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1.Res. 1083/2009. Estrategia Nacional para la Prevención y Control de Enfermedades no Transmisibles y el Plan Nacional Argentina Saludable. Ministerio de Salud.
2. M. Ruiz A., y col. “Efectos tóxicos del tabaco”. Revista de Toxicologia (2004), 21: 64-71.
3. Nerín de la Puerta, I. y col. “Prevención del tabaquismo”. Aten Primaria. 2005;36(4):180-2.
4. NIDA. 2020, Junio 2. ¿En qué consisten los tratamientos para la dependencia del tabaco? Retrieved from https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/adiccion-al-tabaco/hay-tratamientos-eficaces-para-la-adiccion-al-tabaco en 2021.