* Por Ezequiel Dominguez, Lic. en RRLL especializado en factores de riesgos psicosociales en el trabajo y RSE – Servicios de Prevención en Provincia ART.

El acoso laboral o mobbing, se define como una situación en la que un trabajador o una trabajadora o varios, ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente, durante un tiempo prolongado, sobre otro con el fin de destruir sus redes de comunicación, su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y conseguir su desmotivación (Leymann 1996).

Está de más decir, que quien lo sufre, afronta consecuencias en su bienestar físico y emocional, producto de tratos y comunicaciones hostiles y desprovistas de ética, empujándolo a una situación de soledad e indefensión.

Muchas veces ocurren situaciones de trabajo conflictivas que transgreden los límites de las normas de convivencia y los buenos tratos. Conductas agresivas, faltas de respeto, jefes o compañeros con mal carácter, roces o tensiones pueden surgir como hechos aislados, siendo parte de la naturaleza de las relaciones laborales. Estos comportamientos no deben ser ni aceptados ni avalados por la empresa y requieren intervención o sanción correspondiente, pero eso no implica que sea acoso laboral.

¿Cómo podemos identificar cuándo se trata de un acoso laboral y no de una situación aislada?

Para que este tipo de conductas se pueda considerar dentro de ese marco, debe tener ciertas características como:

• Sistematicidad: no son sucesos negativos episódicos, es un hostigamiento de manera persistente.
• Frecuencia: es una práctica habitual de al menos una vez por semana.
• Duración: se mantiene por periodo prolongado de al menos por seis meses.

Las consecuencias de estas características dan como resultado un gran suplicio psicológico, psicosomático y social, que afecta no solo a la víctima, sino también al entorno que lo rodea y, en definitiva, a la organización, generando un clima desagradable, un malestar entre compañeros, insatisfacción laboral, caída de la productividad y mala reputación de la empresa.

Quienes padecen acoso laboral presentan gran sintomatología y trastornos a nivel físico, psíquico y mental como:  insomnio, hipervigilancia, fatiga, dificultades en la concentración, irritabilidad, depresión, ansiedad, sueños recurrentes, malestar intenso, alejamiento de las actividades cotidianas sociales o de ocio, pesimismo, sentimientos de fracaso y frustración. Además, son más propicios a tener accidentes laborales o desarrollar enfermedades.

Tipos de acoso:

Hay diferentes tipos de acoso, según su sentido:

• Sentido vertical/descendente: desde los líderes, jefes, mandos medios y/o personal jerárquico hacia sus subordinados.
• Sentido vertical/ascendente: desde los subordinados hacia las jerarquías o superiores.
• Sentido horizontal: entre trabajadores de un mismo nivel o jerarquía, es decir, entre pares.