Se conoce así a la automatización robótica de procesos, cuyas siglas provienen de su nombre en inglés (Robotic Process Automation). Pero ¿cómo funciona la RPA?
En pocas palabras, se trata de un sofware de robots que pueden hablarse con los sistemas y aplicativos de una organización y de esa forma, logran realizar procesos que generalmente son operativos y repetitivos; es decir, donde el factor humano no supone un valor agregado.
La clave está en que los robots de RPA “aprenden” las tareas y toman decisiones en forma autónoma. Entre otros ejemplos, permite procesar facturas en forma automática, dar de alta nuevos empleados y empleadas generando toda la batería de legajo, cuentas de correo y demás, y guardar adjuntos masivamente.
De esta forma, los procesos operativos que se realizan a través de herramientas RPA (o RPA tools) liberan de la carga de trabajo rutinario y repetitivo a las personas trabajadoras, permitiéndoles enfocarse en otras tareas donde la perspectiva humana crea valor.
Si bien este tipo de mejoras no son percibidas en forma directa por los clientes, mejoran sustancialmente su experiencia con las empresas que lo implementan ya que reducen los tiempos de gestión y simplifican los procesos significativamente.
Para las compañías, al mismo tiempo, tiene un alto retorno de la inversión, fácil implementación y gran potencial de escalado.
El uso de RPA en Provincia ART
Provincia ART incorporó esta innovación y ya superó las 100 mil transacciones de, entre otros, circuitos de legales, prevención e incapacidades.
Para la ART n°1 del país en cápitas esto representa un ahorro de 3.700 horas mensuales de recursos que pueden abocarse a otras tareas sobre las cuales agregan valor, mejorando el servicio, reduciendo las notas correctivas, disminuyendo los errores, procesando más rápido, escalando los procesos, y optimizándolos.